ARTÍCULO

Tropical Noir

Por - MARIO MUÑOZ

OCTUBRE 10, 2021

Compartir
 

Todas las películas son, de una forma u otra, una carta de amor al cine. Para mí, Los Minutos Negros es también una carta de amor a la literatura policial que me ha emocionado e intrigado desde que compré Las aventuras de Sherlock Holmes a los catorce años en la librería Porrúa en el centro de la Ciudad de México.

Un día, mientras editaba mi primera película Bajo la Sal, salí a caminar pensando en cuál podría ser mi próximo proyecto. Entré a una librería que ya no existe y en el mostrador encontré un libro que marcaría mi vida durante la próxima década. Fue editado recientemente, con un gran título y una trama criminal original y profundamente mexicana. La escritura fue inteligente, oscura, divertida, emocionante y llena de personajes y escenas que parecían estar listas para saltar a la pantalla. No me sorprendió para nada cuando pronto comenzó a recibir elogios de la prensa internacional que colocaban a Martín Solares como una de las nuevas voces de la novela negra latinoamericana. Supe de inmediato que quería que ese libro, The Black Minutes, fuera la base de mi próxima película.

Cuando Martín y yo nos conocimos, enseguida nos reconocimos como fieles creyentes en el culto al cine negro, ese subgénero del cine difícil de definir, pero fácil de reconocer cuando hay una trama oscura plagada de muerte y corrupción, una gran estilización y una cinematografía que evoca el blanco y negro del expresionismo alemán. Poco después de conocernos, Martín y yo acordamos trabajar juntos en el guión. Sabíamos que Los Minutos Negros podría ser nuestra variación del cine negro, teñido con los verdes profundos de la jungla y con Rigo Tovar sonando en la radio AM.

Siempre le dije a mi equipo creativo que para esta película, teníamos que inventar el “Tropical Noir”: cambiar el frío, los sombreros, la noche y los ambientes urbanos del clásico noir por las palmeras, el sombrero de paja, el sol intenso, el sudor y el folclore del Golfo de México en los años setenta.

Mi intención con esta película era aprovechar todo lo que había aprendido en el rodaje de Bajo la Sal, pero llevándolo más allá, en género, en emociones, en estética, en ambición narrativa, pero sobre todo, en autenticidad. En este noir los misterios son tan profundos como la corrupción que los esconde. Atrapar al asesino es más un dilema moral que un rompecabezas intelectual.

Desafortunadamente, los temas de esta historia de la década de 1970 siguen siendo más relevantes e inquietantes que nunca: la violencia contra las mujeres, los peligros del periodismo, la justicia en manos del mejor postor y el poder del petróleo y sus efectos corruptores siguen en el centro. de noticias nacionales en México. La idea es precisamente utilizar una ficción profundamente imaginada y un género apasionante para hacernos sentir y pensar el rol que tenemos y las decisiones que tomamos como individuos ante los motores oscuros que mueven gran parte de nuestra realidad.